Habrá que celebrar, un año más, el Día mundial de la poesía. Para eso están las agendas, para anotar qué día toca poesía, qué día toca padremadre, qué día es conveniente estar más enamorado que el anterior o el posterior. Sea como sea, es una buena ocasión para recordar que, más allá de las redes sociales, hay palabras que vuelan mucho más alto en su levedad buscada y gratificada por los dioses.

Con DNI número

detrás de cada esquina

acechan hombres y mujeres

ocultos tras un carné de identidad

todos seriados todas iguales

apenas si cambian los nombres

Arturo Ledrado, 1995

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